A la manera de ciertos recetarios de nuestras madres y abuelas, cuya forma era la de un tarjetero sin encuadernar, las entradas del Recetario biocultural del lago de Texcoco buscan ofrecer una experiencia de lectura lúdica, como si de un juego de memoria o una lotería se tratara.

La idea es que cada tarjeta —maridaje entre imagen y texto, mezcla de lenguajes, condimento de palabras y colores— sea la entrada a un platillo, una geografía, un tiempo, unas circunstancias y unas personas específicas, pero también el punto de partida para trazar constelaciones entre los otros elementos.

Ninguna de las partes funciona individualmente, como tampoco lo hacen las plantas, los animales, las rocas, el agua, la tierra, la comida y las personas de la cuenca del lago de Texcoco. Todo se encuentra conectado, y para que en la mesa haya pato, ahuautle, nopales, chimbote, atole, tamales, tlapiques, se necesitan cerros, ríos y personas que los sepan leer y los protejan.

Nosotrxs creemos que proteger, comer, convidar, leer y relacionar son parte de lo mismo.

Así que, amables lectorxs, bienvenidxs sean a este Recetario.

La mesa está puesta: comiencen por donde les plazca.